En un mundo de grises es una obra en la que el autor se desnuda emocionalmente. Habla de amores, desamores, de la necesidad de sentirse querido y de una lucha constante consigo mismo por salir de la tristeza que lo atenaza.
Así que hacedme caso cuando os digo que este es un libro de los que no te puedes leer en una sentada. No. Hay que dosificarlo porque el autor transmite tanta angustia en la mayoría de sus escritos que te deja con una sensación muy amarga.
Los sentimientos que transmite Carrión son en su mayoría grises, tristes y dolorosos. Es por eso que es un libro con un toque negativo muy marcado, pero a lo largo del libro encuentras notas positivas a través de diferentes textos que hablan de amor en presente. Y es que nos encontramos ante un romántico empedernido que a pesar de haber sufrido por amor no deja de buscarlo. De hecho es la esperanza que lo mantiene en pie y aunque sufre porque no sabe si lo encontrará, no cesa en su empeño.
Por otro lado hay que señalar que se muestra demasiado inseguro con él mismo, con el amor y con el futuro; causándole un gran sufrimiento. Este punto es muy importante ya que estas inseguridades llegan a eclipsar su vida, haciendo que el amor hacia otra persona sea una tarea titánica. Porque el amor empieza en uno mismo y si no te quieres a ti mismo y dejas que tu propia inseguridad te venza, no podrás querer a nadie.
La tónica general de los textos es de una idealización extrema de la mujer. De hecho he echado en falta (y mucho) que se haga referencia a su intelecto. Las mujeres no somos solo un cabello bonito, unos ojos, unas curvas o una boca; referencias que aparecen constantemente y que se hacen repetitivas. Este es el gran pero que le encuentro a la obra, que a pesar de ser profunda es superficial. Sí, es contradictorio. El amor no se basa en la belleza, va mucho más allá. Sí que es cierto que el físico nos entra por los ojos, pero si la persona está vacía por dentro... ¿qué sentido tiene estar con ella? Ninguno. Porque eso no te llena de ninguna manera.
Carrión tiene un estilo literario muy cuidado. Son textos muy medidos en lo que ha buscado las palabras exactas, utiliza muchos símiles pero el vocabulario es sencillo y directo; habiendo presenta de palabrotas que en su mayoría expresan la frustración del autor.
Personalmente los textos más emotivos y que han conseguido hacer que suelte alguna lagrimilla han sido los que hablaban de sus abuelas. Qué sensibilidad y cariño se desprenden de ellos, son justo como un niño que ha crecido con el amor de sus abuelos se siente al pensar en ellos. Y es muy fácil identificarse con estos fragmentos porque se nota que están escritos con todo el amor del mundo. También me ha gustado mucho uno que se titula Abraza, besa, canta. Una "carta a quien sea" que anima al lector a luchar, a ver la belleza en la vida y a aceptar las imperfecciones.
Sin duda nos encontramos ante un libro muy intenso al que tienes que asomarte con cautela pero que vale la pena leer si buscas textos de prosa poética bien construidos y muy sentimentales.
¡Y hasta aquí la entrada de la semana! ¿Os ha gustado la reseña? ¿Le daréis una oportunidad? ¡Comentadnos aquí abajo y nos vemos la semana que viene con más literatura viva! Un besazo enorme.
Holaaa
ResponderEliminarme encanta la prosa poética y el sentimentalismo así que creo que este libro está hecho para mi, no lo conocía pero por tu reseña me hace pensar que me gustará así que me le apunto
¡un besazo!